martes, julio 26, 2005

La chispa adecuada.

La serie de "Sabrina, the teenage witch" va a ser para la generación tras mí venidera como para la mía fue la inmortal serie de "El Príncipe de Bel-Air". Dentro de diez años nuestras televisiones seguirán reemitiendo las coletillas del gato de felpa y los chistes de la rubia moza traducidos al español. No soporto que traduzcan los chistes. Que metan a José Luis Perales, el jamón serrano y demás gilipolleces como gracias de los guionistas.

Este verano, como ya predije, han repuesto esta serie -derroche de ingenio- para hacer las delicias de los vacacioneros. ¿Por qué no huyo? ¿Por qué sigo, año tras año, tragándome los infernalmente patéticos capítulos de la casi treintañera adolescente? Mi vida es un torbellino de comida, libros y televisión. Me gusta desperdiciar el tiempo matinal criticando los kilos de Melissa Joan Hart.

Hoy me propuse descubrir su edad real. Está, como yo pensaba, rozando la treintena. Y aún no sale de cutre-producciones televisivas. Mira que la muchacha lo ha intentado, pero se ve que en Hollywood no la quieren. Sin embargo, sí que tiene una fantástica página de fans donde le escriben mensajes dulces, acaramelados, melindrosos, insoportables. ¿Qué horribles criaturas se atreven a dejar su firma en estos amagos de poesía? ¿Qué psicotrópicos consumen los espeluznantemente confiados autores de estas bazofias? Bazofia de autor, bazofia de destinatario. Yo misma, bazofia por indagar y leer; admito haber disfrutado. ¿De qué siniestros lugares proceden los -confío- extraterrestres escritores amateur?
El mundo va de mal en peor. Yo he estado allí y lo he visto, y aquí dejo muestra de mi hallazgo.

a) Armando Escutia Cruz a.k.a. "El fan latino":

"Mi musa intocable esculpo tu dulce sonrisa loando cada detalle inmensamente sellandola en mi corazón, sellandola en mente. Noche de luna llena magico ritual cosmico es hora que cambies de ropa frente al espejo con tu dedo magico. Joyas celestes oculares fluorecentes adornan en un par de perlas tus orbitas craneales. Ven a caminar,bajo la luna con tu sonrisa desnuda dedicandome tu alegria por las calles solitarias de una ciudad dormida."
[Mensaje personal para Armando: no malgastes el diccionario de sinónimos en un aborto de actriz.]


b) Jerry Garofalo a.k.a. "Puño de hierro":

"She has chipmunk cheeks,small puffy lips and a little double chin.
With eyes that light up her pretty face
When she decides to grin
She's no super model. She's no movie queen
But she's got my heart convinced
She's the only girl I've ever seen."
[Mensaje personal para Jerry: sal del baño y búscate un vida.]

c) Cassandea Jollif a.k.a. "La retrasada del gato":

"sabrina luvs that voice she hears so often that,
she really quite forgets sometimes that it is her cat,
she share her kindness with him and you,
so do i because i have a cat called salem to!"
[Mensaje personal para Cassandra: ya eres mayorcita para comprar los dvds de "Barney the dinosaur".]

Y, como broche que cierra la fabulosa entrada veraniega, el poema entre los poemas: la copia de Héroes del Silencio que nunca creiste real.

miércoles, julio 20, 2005

La novia que nunca tuve.

La ausencia de vida social de la Chipirón en su nueva ciudad la ha convertido en una mujercita dependiente. De la noche a la mañana se ha convertido en la novia que nunca tuve. Me llama casi a diario, para contarme cómo de bien ha desayunado o hacerme escuchar el mar. Suena el teléfono y es ella, anunciando que allí arriba existe el entretiempo y puede por fin utilizar las chaquetas de temporada tantas veces olvidadas al fondo del armario.

Chipirón - ¡Hola! ¿Qué tal?
Lain - Hola de nuevo.
Chipirón- ¿No te habré despertado de la siesta?
Lain- No, hace rato que me levanté. Bueno, ¿qué te pasa?
Chipirón - Nada, estaba paseando por el Borne y me he acordado de ti.
Lain - (...)
Chipirón - ¿Cuándo vas a venir a verme?
Lain - Joder, aún no lo sé. ¿Qué pasa, que no haces amigos?
Chipirón - Sí... en el metro, ¿no te jode?
Lain - ¿Y tu prima?
Chipirón - Le van las discotecas, ya sabes... te echo de menos.
Lain - (...)
Chipirón - Tía, he engordado un montón, ¡tengo que adelgazar!
Lain - Joder, pues ponte a régimen, a mí que me cuentas.
Chipirón - Es que si no me muero de hambre.
Lain - (...)
Chipirón - He encontrado una tienda de cómics para ti.
Lain - ¿Quieres comprarme a base de cómics?
Chipirón - Vente y te la enseño, te va a encantar, tienen de todo...
Lain - Bueno, ya veré... es que no sé qué fecha...
Chipirón - Bueno, me despido. Pásatelo bien, ¡y llámame! ¡Que nunca me llamas!

La Chipirón ha mutado a esposa malquerida. Soy el Alain Delon de su vida.

Y como Alain Delon de sus sueños inconfesables, le compondré una bonita canción con mi recién estrenado ukelele. A dos manos, señores, dando ejemplo como si de la más country bumpkin de la sureña Texas me tratase.

jueves, julio 14, 2005

In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti...

Un nuevo monstruo de la naturaleza ha llegado a la ciudad.
Alguien se ha pasado de la raya pegando carteles y ahora las calles están atestadas de gente tapándose los ojos. Las mujeres huyen en desbandada mientras tapan como buenamente pueden los ojos de sus pequeños. Nadie quiere enfrentarse a la cruda realidad. Más cruel que el 11-S, más terrorífico que el 11-M, más siniestro que el 7-J.
Alguien ha tenido la osadía de empapelar nuestros muros con escalofriantes carteles de una sonriente Teresa Rabal.
Dicen que comienza la programación más-que-basura de la televisión pública, y ella estará allí presentando las defenestradas galas Veo-Veo, orgullo de padres y abuelos domingueros. De nuevo tendremos que vendarnos los ojos para no ver a las tiernas muchachas doblándose cual hamaca de playa para hacer las delicias de los sueños rotos de su familia.

Y no sólo eso.

Ahora comienzan a reponer las mismas series de todos los años. Los mismos programas de "fiesta" presentados año tras año por los mismos gilipollas. Es hora de huír de la pantalla y tostarnos a cuarenta grados en la acera. No importa cómo de atractiva sea la pajarita de Ramón García: tenemos que alejarnos. ¡Vade retro, programación de verano! ¡No volveremos a caer en tus terribles garras! ¡No admitimos más capítulos de One of a Kind ni del Joven Hércules!

Ayer escapé como pude de su atractiva telaraña y caí en otra aún peor. Ahora nuestra alcaldesa de rojo corazón y el vendedor de guías telefónicas románticas Antonio Gala se han unido en una campaña aún peor que la de la cincuentona Rabal. Ellos han ocupado los paneles de cristal de las paradas de autobús posando artísticamente con las copiósteras pulseras de plasticucho azulón "Córdoba 2016", ¡apoya a tu ciudad en su candidatura perdida!, esperando llegar a los corazones de los transeúntes con sus sonrisas congeladas. Es ciertamente terrorífico.

Dentro de poco un vórtice de mal aparecerá en pleno centro, que lo sé yo. El apocalipsis se acerca, no puede ser cierto que Norma Duval ya no llene los catálogos de Punto Roma. Ella fue una diosa. Pronto los siete jinetes aparecerán a caballo escopeteando como unos energúmenos.

Por el momento, a un pobre conductor de coche de caballos le han robado su vehículo. A la policía, para variar, le trae al fresco.

viernes, julio 01, 2005

Los moradores del Piedra.

Cuando uno se aventura a cruzar las puertas de uno de los localmente conocidos supermercados Piedra se siente todo un macho. Toda una machota, en mi caso. El Piedra es un pintoresco -por decir algo- lugar donde todo es posible. Puede ser que huela mal, que huela peor, que los limones estén podridos, que no haya limones. Todo es posible, pero por encima de todo ello hay una ley intrínseca a su política de mercado: en cada supermercado habrá seis dependientas. estas dependientas estarán reunidas alrededor del expositor de los embutidos hablando a gritos entre ellas, y por supuesto, el cliente no tiene derecho a interrumpir tan filosófica conversación.

[Cajera 1]-...y éhque tú no sabeh lo que iba disiendo la Vane...
[Cajera 2]- Ofú, con la tía essa.
[Cajera 1]- ...éhque tiene la cara de venimme con to'l morro, sabeh, y yo no pué'mah.
[Cajera 3]- Poh yo le partía la cara a la payassa essa!!
[Cliente]- Oiga, perdone, que... si me podría cobrar estas dos cosas y...
[Cajera 1]- Joé... bueno, ehpérate un momentito, eeeh?
[Cliente]- No, si ya, pero es que tengo un poco de prisa, ¿sabe?
[Cajera 1]- Jofú, ya voy... hay que ve cómo ehtamoh, eeeh?
- .......................
[Cajera 1]- Son 7,26 €.
[Cliente]- Tome.
[Cajera 1]- ¿No tieneh algo mah suetto? Ehque no hay cambio...
[Cliente]- Que va, lo siento..
[Cajera 1]- Joé, voy a tenéh que abrih el paquetillo ehte... ¡MAAARIIII, ¿ÓNDE TENEMOH LOH PAQUETEH D'UN SENTIMOOOO?!
[Cajera 2]- .....AHI ABAJO LA CAJA, ENER BOTE'L COLACAOOOO!!!
[Cajera 1]- Jofú que complicao quehtá quitáh el papelillo...
[Cliente]- Ya veo, ya.
[Cajera 2]- .... LOHÁH ENCONTRAO YAAAAAAA?
[Cajera 1]- ¡SÍ, YAHTÁ, GRASSSIAAAH!
[Cajera 1]- Hale, tomeuhté. Eh que ehtamoh sin cambio y claro...
[Cliente]- Ya, ya, no pasa nada...

En fin. Una aventura fascinante. Yo siempre creí que aquel microuniverso era imposible de superar. Pero no, otro milagro de la naturaleza ha vuelto a ocurrir. Ayer por la mañana, mientras pasaba tan ingenuamente por el célebre supermercado, avisté tres extraños seres apalancados en las escaleras de la entrada. Siempre había habido una vieja gitana sentada contra la fachada, que llevaba años haciendo migas en el barrio y parando a todas las jubiladas a hablar con ella. Pero ayer había dos nuevos inquilinos. Como salidos de un desfile de monstruos al más puro estilo Freaks, los moradores del Piedra habían formado una más que siniestra pandilla: acojonante.
La vieja gitana se había agenciado una silla de ruedas y estaba haciendo virguerías de un extremo de la escalera al otro. Sentado en el primer escalón estaba el que yo supuse como dueño de la silla, un lisiado -literalmente, con muñones como final de muslos- balanceándose de atrás hacia delante. A lado del lisiado se encontraba la mujer misteriosa, una albina con cara de psicótica retrasada dándole el pecho a un bebé, que lógicamente sería su hijo.

Hoy volví a pasar por delante del Piedra. Allí seguía el extraño trío -cuarteto, contando al bebé-. Resulta que la silla de ruedas es de la gitana y no del lisiado, la vieja se ha roto la cadera -oido en mitad de una conversación con una pareja de jubilados- y ahora tiene que estar un tiempo en "arrebilitación". Por su parte, el hombre balancín sigue sin vehículo.


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