viernes, junio 10, 2005

De rozaduras y otros inconvenientes insoportables.

Es una tontería, ya lo sé. No comprendo cómo me empeño, año tras año, en creer que con las tiritas desaparecen las rozaduras. Qué nombre más estúpido y ñoño, tirita. Nunca pude comprármelas de dibujitos y ahora es tarde. Hay que ver la verde envidia que tenía de los niños con madres compradoras de tiritas Disney. Yo fui la gilipollas de los plásticos rosáceos, con los extremos del plástico doblándose hacia dentro; la tirita medio caida sin ninguna utilidad excepto engrosar la calderilla de los farmacéuticos.
Y es que las rozaduras son mis compañeras no deseadas de verano. Ya puedo intentar engañar a mis pies con unas simples chanclas, que ellos protestarán como si de los más altos tacones se tratasen.
Y por fín creí haber encontrado la solución a mis penurias, el zapato que me salvaría de quejas y lloros y acostumbraría a mi delicadísima piel seca al suicida clima estival. La clave es tela, tela que no hace rozaduras.
Pero hace.
Me duelen los pies, de nuevo. A la mierda las sandalias con tira de tela y las manoletinas falsamente adultas y los tacones y las chanclas. Aunque una cosa sí tengo clara: no pienso comprar tiritas. Sólo si me prometen que serán de dibujitos.



Publicar un comentario
Powered for Blogger by Blogger Templates